jueves, 8 de octubre de 2015

Poniéndole nombre y cara a la crisis: Los riñones de mi paciente.

R.V. tiene 59 años, ha llevado una vida tranquila, parrandera en sus años mozos, ahora un poco más calmada, lleva varios años sin trabajo pero su hermana me demuestra cada vez que los veo el significado de amor de familia: se ha encargado de él como si fuera un hijo.

R.V. va a controles médicos conmigo por una enfermedad que lo aqueja hace un lustro, se ha mantenido en pie tomando sus tabletas a diario y su achaque está completamente controlado; hace 7 meses sus riñones empezaron a fallar de forma inesperada, ese filtro que suelen ser este par de órganos empezó, sin causa aparente, a botar proteínas en cantidades alarmantes, en un principio tuve que hacerle algunos exámenes adicionales a los rutinarios para ver que estaba ocurriendo, pero él como consecuencia de perder todas las proteínas en la orina empezó a hincharse marcadamente.
Tuve que mandar a hospitalizar a R.V. quien, al no tener empleo, se encuentra afiliado a la salud a través del régimen subsidiado, su EPS tenía convenio con la Clínica Comfenalco-Unilibre(Antigua Rafael Uribe),  y allá se lo recomendé a un par de amigas que estaban en su último año de Medicina y lo atendieron desde que llegó a urgencias, pero un buen día los especialistas dijeron que necesitaba un tratamiento complejo y su asegurador tenía deudas millonarias con la clínica, en marzo a R.V. le dieron salida.

Él es un tipo jocoso y mamagallista, días después de salir del Hospital, llegó a mi consulta con una hinchazón tal que sus piernas escurrían agua, donde se sentó dejó un charco de todo el líquido que a través de la piel estaba perdiendo y me dijo si ya me va a atender venga pues me le empeloto para que vea como estoy de hinchado, no pude hacer más que sonreír y como parte de esas preguntas pendejas que hacemos los médicos le pregunte ¿Cómo está? Y él con todo el desparpajo que siempre ha tenido me contestó ¡Pues mal guevón! Y soltó la carcajada.
Tuve que llamar a uno de los buenos profesores que tuve en la Universidad, un especialista en esto de los riñones, quien al contarle el cuadro me pidió que lo mandara a hospitalizar en el HUV, eso hice con gusto, después de todo era mandarlo al lugar que durante años fue mi casa y mi lugar de prácticas.  R.V. se fue deshinchando en el Hospital con los medicamentos que empezaron a ponerle por sus venas, esperó varias semanas hasta que la EPS autorizó que le metieran una agujita para sacarle un pedazo de riñón y verlo al microscopio. En medicina somos ignorantes en muchas cosas, y esta era la única salida para saber porque los riñones de R.V. seguían empeñados en botar las proteínas.

Fue dado de alta del hospital con 5 Kgs de peso menos que cuando llegó, todo lo perdió deshinchándose. En Julio por fin le entregaron el resultado del estudio y empezamos a pedir la consulta con Nefrología. Usualmente el problema con las citas de especialista es de agenda, pero esta vez era que su EPS no la autorizaba. Mientras tanto hablé con mi antiguo profesor, y con una amiga que ahora se está formando en eso de ver adultos, y fuimos adelantando algunos exámenes. R.V. tenía cita programada para mañana, 3 meses después de que le sacaron un pedacito de riñón y ya sabíamos que es lo que está pasando y porque anda botando proteínas. Mañana R.V. no va a tener la cita, porque el HUV en medio de su crisis le adeuda más de 3 meses de salario a sus médicos especialistas, y sus nefrólogos después de tantos años de sacrificio decidieron decir que no dan más.
El HUV hoy no tiene nefrólogos para atender la consulta, la Corporación Comfenalco-UniLibre está liquidada y la hermana de R.V., que pareciera por él dispuesta a ir hasta el fin del mundo me llama esperanzada en que soy el único que puede ayudarle, tras 8 meses de andar volteando con esto de sanar sus riñones. Si tuviera la plata la donaba al Hospital, pero no la tengo y la verdad, este colapso de la Red Hospitalaria tiene tantos responsables sin rostro o que se hacen los locos, que al menos tenemos que ponerle cara a las víctimas.


La hermana de R.V. y yo haremos presión ante la EPS para que lo vean en otra parte. Pero ella y yo estamos preocupados, R.V. es solo uno de los cientos pacientes renales que sigue el Hospital y mientras tanto… los congresistas en campaña y el Ministro de Salud viendo fútbol. 

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