R.V. tiene 59 años, ha llevado
una vida tranquila, parrandera en sus años mozos, ahora un poco más calmada,
lleva varios años sin trabajo pero su hermana me demuestra cada vez que los veo
el significado de amor de familia: se ha encargado de él como si fuera un hijo.
R.V. va a controles médicos
conmigo por una enfermedad que lo aqueja hace un lustro, se ha mantenido en pie
tomando sus tabletas a diario y su achaque está completamente controlado; hace
7 meses sus riñones empezaron a fallar de forma inesperada, ese filtro que
suelen ser este par de órganos empezó, sin causa aparente, a botar proteínas en
cantidades alarmantes, en un principio tuve que hacerle algunos exámenes
adicionales a los rutinarios para ver que estaba ocurriendo, pero él como
consecuencia de perder todas las proteínas en la orina empezó a hincharse marcadamente.
Tuve que mandar a hospitalizar a
R.V. quien, al no tener empleo, se encuentra afiliado a la salud a través
del régimen subsidiado, su EPS tenía convenio con la Clínica Comfenalco-Unilibre(Antigua
Rafael Uribe), y allá se lo recomendé a
un par de amigas que estaban en su último año de Medicina y lo atendieron desde
que llegó a urgencias, pero un buen día los especialistas dijeron que
necesitaba un tratamiento complejo y su asegurador tenía deudas millonarias con
la clínica, en marzo a R.V. le dieron salida.
Él es un tipo jocoso y mamagallista,
días después de salir del Hospital, llegó a mi consulta con una hinchazón tal
que sus piernas escurrían agua, donde se sentó dejó un charco de todo el
líquido que a través de la piel estaba perdiendo y me dijo si ya me va a atender venga pues me le empeloto para que vea como estoy
de hinchado, no pude hacer más que sonreír y como parte de esas preguntas
pendejas que hacemos los médicos le pregunte ¿Cómo
está? Y él con todo el desparpajo que siempre ha tenido me contestó ¡Pues mal guevón! Y soltó la carcajada.
Tuve que llamar a uno de los
buenos profesores que tuve en la Universidad, un especialista en esto de los
riñones, quien al contarle el cuadro me pidió que lo mandara a hospitalizar en
el HUV, eso hice con gusto, después de todo era mandarlo al lugar que durante
años fue mi casa y mi lugar de prácticas. R.V. se fue deshinchando en el Hospital con
los medicamentos que empezaron a ponerle por sus venas, esperó varias semanas
hasta que la EPS autorizó que le metieran una agujita para sacarle un pedazo de
riñón y verlo al microscopio. En medicina somos ignorantes en muchas cosas, y
esta era la única salida para saber porque los riñones de R.V. seguían
empeñados en botar las proteínas.
Fue dado de alta del hospital con
5 Kgs de peso menos que cuando llegó, todo lo perdió deshinchándose. En Julio
por fin le entregaron el resultado del estudio y empezamos a pedir la consulta
con Nefrología. Usualmente el problema con las citas de especialista es de
agenda, pero esta vez era que su EPS no la autorizaba. Mientras tanto hablé con
mi antiguo profesor, y con una amiga que ahora se está formando en eso de ver
adultos, y fuimos adelantando algunos exámenes. R.V. tenía cita programada para
mañana, 3 meses después de que le sacaron un pedacito de riñón y ya sabíamos
que es lo que está pasando y porque anda botando proteínas. Mañana R.V. no va a
tener la cita, porque el HUV en medio de su crisis le adeuda más de 3 meses de
salario a sus médicos especialistas, y sus nefrólogos después de tantos años de
sacrificio decidieron decir que no dan más.
El HUV hoy no tiene nefrólogos
para atender la consulta, la Corporación Comfenalco-UniLibre está liquidada y
la hermana de R.V., que pareciera por él dispuesta a ir hasta el fin del mundo
me llama esperanzada en que soy el único
que puede ayudarle, tras 8 meses de andar volteando con esto de sanar sus
riñones. Si tuviera la plata la donaba al Hospital, pero no la tengo y la verdad,
este colapso de la Red Hospitalaria tiene tantos responsables sin rostro o que
se hacen los locos, que al menos tenemos que ponerle cara a las víctimas.
La hermana de R.V. y yo haremos
presión ante la EPS para que lo vean en otra parte. Pero ella y yo estamos
preocupados, R.V. es solo uno de los cientos pacientes renales que sigue el
Hospital y mientras tanto… los congresistas en campaña y el Ministro de Salud
viendo fútbol.
No hay comentarios:
Publicar un comentario